Ernesto Antonio es de Nicaragua. Tiene 28 años y un título de técnico en refrigeración industrial. Desde hace cuatro años y tres meses está “ajuntado” con una mujer de cuarenta que tiene cinco hijos y requiere con urgencia una operación del corazón.
Por todo eso está vendiendo uno de sus riñones por 200 mil dólares.
La libertad en el tráfico de órganos se debe que a las victimas le quitan la vida o raptan para asi vender sus órganos o los secuestran para asi no dejarlo ir.
Neftali
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